Al ‘tú por tú’ en el Air Force One con su presidente
Washington— Para el representante Rubén Gallego, un joven demócrata por Arizona, integrarse a la 114 Legislatura del Congreso inició con un emocionante vuelo.
A dos días de haber asumido el cargo, voló en el avión presidencial Air Force One con el presidente Obama.
Gallego, que tuvo una infancia humilde en Chicago, le contó al presidente que había vivido en el distrito congresional de Illinois donde Obama perdió ante el representante demócrata Bobby L. Rush la primaria en 2000, y que había votado por Obama.
"Y me respondió con un chiste", reveló Gallego del presidente. "Me dijo: ‘¿entonces fuiste tú?'".
Gallego de 35 años, representa el 7º Distrito, que incluye partes de Phoenix. En una entrevista, que ha sido editada y condensada a continuación, habló de su vida en Harvard (fue el primero en su familia en ir a la universidad), su gira por Irak con la Reserve de los ‘Marine' y cómo es que conoció a su esposa en el evento de una fraternidad.
NYT: Cuéntame de tu infancia.
Gallego: Éramos pobres. Mis padres se separaron cuando tenía 11. Iniciamos en la pobreza, pasamos a la clase media y regresamos a ser pobres.
Mi madre era secretaria, lo cual fue muy bueno porque cuando la acompañaba al trabajo veía a abogados. Al crecer en una comunidad de migrantes, no conoces a otros profesionales, así que fue estupendo ir con ella a trabajar y ver a algunos de ellos en trajes. Porque la única vez que veía gente con trajes era en funerales o en bodas.
NYT: Tomaste el apellido de tu madre. ¿Por qué?
Gallego: Es muy traumático para un joven perder lo que pensabas que era una figura paterna. Y madre y mi abuelo fueron los que realmente se hicieron cargo. Él básicamente me enseñó a cómo ser una buena persona, un buen hombre, y me di cuenta que mi nombre estaría atado al de las personas que me moldearon. Cuando terminé mi contrato con los Marines, fui a la Corte y lo cambié.
NYT: En Harvard, trabajaste en el ‘dorm crew', que básicamente es una beca de trabajo en el que limpias los cuartos de otros estudiantes. ¿Cómo fue eso?
Gallego: Fue un buen trabajo. Recibía 10 dólares la hora, y si manejaba bien el tiempo, podía hacer 20 horas por semana. Y mira: te enseña humildad. Tienes que ir al cuarto de otras personas, estudiantes que ves en las clases, y estás ahí limpiando sus retretes.
NYT: ¿Tu paso por los Marines te motivó a entrar a la política?
Gallego: Fue una combinación entre mis orígenes, y luego de hecho muchas cosas que salieron mal cuando estuve en los Marines. La primera baja que tuvimos fue el 10 de mayo de 2005, cuando perdí a mi mejor amigo en un ataque IED porque no teníamos el armamento necesario y lo sabíamos. Nuestros radios no funcionaban. Fue una mala situación. Y luego a inicios de aquel agosto perdimos a otro grupo de Marines de mi compañía. Y de regreso de la guerra y hubo personas estafadas con el programa G.I. Bill. Algunos no podríamos acceder a Veteran's Affairs. Así que todas estas cosas se mezclaron eventualmente en política.
NYT: Las minorías son una mayoría en tu Distrito. ¿Qué necesita Arizona para convertirse en un estado demócrata?
Gallego: Siempre he dicho que somos la alternativa verdaderamente barata en vez de convertir a Texas en demócrata. Básicamente tenemos dos mercados de medios en dos áreas metropolitanas densamente pobladas. Creo que nos tomaría un poco, una pequeña inversión de recursos. La comunidad hispana no se va a registrar de forma natural por sí misma y transformarse. Si queremos competir –y creo que podemos– en 2016, tenemos que realizar una inversión.
NYT: ¿Causó el Air Force One alguna impresión?
Gallego: Todo me impresiona. Un par de días después, mientras hablaba en un evento sobre Martin Luther King, creo que lo que realmente fue sorprendente en aquel avión es que había dos sujetos de Chicago –dos hombres de color de Chicago. Y si hace 50 años hubieras preguntado que si un afroamericano y un hispano estarían en el Air Force One, te hubieran respondido que sí, pero con probabilidad como ayudantes.
Le llegó el amor por $44
NYT: Tu esposa, Kate, es una miembro del Concejo de la ciudad de Phoenix. Y he escuchado que la conociste cuando ella ganó en una subasta una cita contigo en una fraternidad universitaria.
Gallego: ¡Es cierto! El tipo que supuestamente iba a participar no se apareció. Así que recibí una llamada de mi fraternidad y me dijeron: "ponte un traje, ven para acá". Así que me apresuré.
Mi amigo dijo con persuasión: "Deben de pujar por Rubén. Lo conozco. Realmente es un tipo muy divertido. Así que Kate levanta su mano y empieza la subasta que subió, subió y subió.
NYT: ¿Cuál fue el precio final?
Gallego: $44. Eso fue en el 2000 y ajustado a la inflación. Así que me fue bien.
Source: Originally written by Ashley Parker, New York Times, translated to Spanish by El Diario de El Paso.